Encore un peu de magie



Mientras la noche abrazaba la ciudad, él se encontraba pensando en la escuálida chica que había conocido, sabía un poco más de él, la había llevado a su casa aunque con mero fin académico, con tal de no ir a la casa de ella, que erradamente creía llena de niñerías.


Lo había dejado todo desacomodado y no precisamente el orden en su casa, sino en la mente de él. Desde la comodidad de su cama miraba los mechones de pelo desarreglados con los cuales Lady Godiva trata de cubrir inocentemente sus pechos, la hermosa tez blanca y su cuerpo que le parecía hermosamente frágil lo relacionó instantáneamente con Joan, no de una manera lasciva o lujuria, sino como si Joan fuera una preciosa obra de arte que obviamente valía la pena admirar, se quedó mirándolo hasta quedarse dormido.



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