
He descubierto mensajes... una charla entre tú y ella, son las 3 de la mañana, las gotas que caen por la ventana son tan melancólicas y más aún cuando en mi cabeza se va repasando palabra por palabra de aquella conversación, me encantaría que no lo hiciera, pero el insomnio se ha quedado en mi recámara y me obliga a escuchar lo que mi mente va tramando, historias sin sentido que entre más las pienso me carcome la rabia... es como una especie de plaga que hay dentro de mí. Me cubro el rostro con las sábanas y lo único que logro es que es la mente me vuelva hacer una mala jugada, al tiempo que se presentan imágenes, mis piernas tiemblan como si el invierno estuviera presente pero aún estamos en agosto, escuchar mis propios pensamientos me empieza asustar.
No soy parte de tu mundo, no encajo en ningún aspecto que manejas, las voces del recelo vociferan que no me aferre a ti, que no me perteneces, que salga corriendo y me aleje de esa triste hipocresía.
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