Me levanto del sofá y a través
de la penumbra de mi habitación, lo visualizo en la ventana
con esa mirada perdida en el infinito, algo tan común en él.
Su sonrisa guardada para una mejor ocasión .
Suena el timbre y corro a su encuentro...
¡vaya! Que impresión.... Es ella...
regreso la mirada a la ventana y la imagen de él se desmorona.
Ella interrumpe mis pensamientos, parece tranquila
aunque un poco divertida por esa incómoda situación,
yo no le veo la gracia.
Sus brazos delgados y pálidos sujetan un objeto,
no logro verlo bien hasta que lo deja caer.
Es aquel pequeño y suave objeto del que él tanto habla.
Ella con su sonrisa traviesa aumenta mi temor...
Hasta que vuelve a interrumpir mis divagaciones con sus palabras.
de la penumbra de mi habitación, lo visualizo en la ventana
con esa mirada perdida en el infinito, algo tan común en él.
Su sonrisa guardada para una mejor ocasión .
Suena el timbre y corro a su encuentro...
¡vaya! Que impresión.... Es ella...
regreso la mirada a la ventana y la imagen de él se desmorona.
Ella interrumpe mis pensamientos, parece tranquila
aunque un poco divertida por esa incómoda situación,
yo no le veo la gracia.
Sus brazos delgados y pálidos sujetan un objeto,
no logro verlo bien hasta que lo deja caer.
Es aquel pequeño y suave objeto del que él tanto habla.
Ella con su sonrisa traviesa aumenta mi temor...
Hasta que vuelve a interrumpir mis divagaciones con sus palabras.
- ¿Sabes que lo visito en pesadillas?
- Me lo ha mencionado.
- ¿Te molesta?
- No.... Yo tengo mis propias pesadillas, así que descuida.
- Te noto con intriga.
- Pues esto me parece bastante curioso.
- Creo que te he interrumpido, ¿Pensabas en él?
- últimamente eso es muy común...
- ¡No me gusta que lo hagas!
- Ya... Bueno no estoy para complacerte, vete ahora y si
aún quieres ve a ver si te deja entrar en sus pesadillas.
- ¿Sabes que esto es un sueño?
- Puede...
- ¡Que respuesta de lo más desesperante! ¡Tú eres desesperante!
- Puede...
- Sabes que eres una cobarde, él sabe que eres una cobarde.
- Tal vez sea así, pero en poco tiempo eso puede cambiar.
- ¡No lo intentes!
- Lo siento... ya hay que despertar.
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